La matrícula de un automóvil estaba
formada por cinco cifras, todas ellas diferentes. Al instalarla, el mecánico
se equivocó y la puso invertida, es decir 'cabeza abajo'.
Posteriormente al recoger el vehículo el dueño se dio cuenta de
que el número obtenido era mayor que el original en 78633. (Nota: el número
uno se escribía así: l y no así 1)